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< El Mormonismo y la Santa Biblia
Traducido por Elena Blanch .
¿Tiene la crítica textual algo que decir sobre una Biblia infalible, como lo afirman algunos cristianos?
La mayoría de Santos de los Últimos Días no están interesados en escudriñar la Biblia para hallar errores o resaltar sus defectos, aunque están prestos para admitir que ningún texto es perfecto o sin error si los mortales están involucrados en el proceso de su escritura, transcripción, transmisión o traducción. (Ver Libro de Mormón—Introducción .)
Las fallas en el texto bíblico representan un problema para aquellos que creen que la Biblia es infalible, pero no para los Santos de los Últimos Días. Algunas adiciones o supresiones podrían haber sido correcciones que provenían de fuentes antiguas y desconocidas (véase el ejemplo de Hebreos 1:3 antes mencionado como una ilustración), pero aun así, desde un punto de vista académico, es evidente que la Biblia ha sido editada muchas veces y contiene errores.
Bart Ehrman era un defensor de la inerrancia bíblica cuando empezó a estudiar el Nuevo Testamento (él comenzó en el Instituto Bíblico Moody, un centro bíblico muy coservador), pero al final perdió la fe al enterarse de la existencia de entre 200.000 y 400.000 versiones del Nuevo Testamento. [1] Tal como él escribió: "Hay más variaciones entre nuestros manuscritos que palabras en el Nuevo Testamento." [2]
El traslado de Ehrman hacia el agnosticismo ilustra los peligros de creer en la teoría de la inerrancia. Su incapacidad de tener plena confianza en que cada palabra de la Biblia era correcta, dio lugar a una incapacidad de confiar en cualquiera de los testigos bíblicos que proclamaba a Jesús como el Señor, el Hijo de Dios y el Salvador.
Los Santos de los Últimos Días no confían en las Escrituras—bíblicas o no— por el conocimiento que tienen de Cristo. Por el contrario, confían en aquello que, en primer lugar, hizo posible la existencia de las escrituras: la revelación por el Espíritu Santo. Ellos atesoran los testigos de las Escrituras, pero no requieren la perfección de cualquier mortal o de su trabajo para tener fe en las revelaciones de Dios.
Empecemos por definir qué es la "crítica textual":
Se denomina ecdótica, crítica textual o crítica menor a una rama de la filología. Esta es la ciencia que tiene por cometido editar textos de la forma más fiel posible al original o a la voluntad del autor, se refiere a la eliminación de errores de transcripción. Para ello se vale de ciencias auxiliares como la codicología, la paleografía y la filología. Las ediciones que se realizan con criterios ecdóticos se denominan ediciones críticas o ediciones filológicas. Los escribas cometían errores o alteraciones cuando copiaban a mano los manuscritos. Dada una o varias copias de un manuscrito, pero no la original, la crítica textual pretende reconstruir el texto original tan cercano a como sea posible. [3]
La "crítica" en este caso no significa "búsqueda de errores". Este es un término técnico que se refiere a los métodos utilizados para estudiar textos o documentos con el propósito de averiguar su antigüedad o de reconstruirlos, evaluando su autenticidad y analizando su contenido o estilo. [4]
Muchos cristianos fundamentalistas creen que la Biblia es infalible. Ellos rechazan la posibilidad de que la Biblia pueda contener errores. Para muchos defensores de la infalibilidad, esta creencia sólo se aplica a los manuscritos originales de la Biblia cuando fueron escritos por sus autores. Sin embargo, otros creen que la infalibilidad se extiende a impresiones modernas de la Biblia o a traducciones específicas. [5]
Los Santos de los Últimos Días rechazan tanto la infalibilidad como la inerrancia Bíblica. Ellos creen que ninguna escritura es "perfecta" (en cualquier definición de la palabra), ya que, a pesar de contener la voluntad de Dios, se ha comunicado a través de los escritos de seres humanos falibles. Esto incluye no solo la Biblia, sino también al Libro de Mormón y a otras escrituras modernas. [6]
Los Santos de los Últimos Días también afirman que la Biblia ha sufrido muchos cambios desde que fue escrita. José Smith enseñó:
Yo creo que la Biblia tal como se hallaba cuando salió de la pluma de los escritores originales. Son los traductores ignorantes, los escribas descuidados, o los sacerdotes corruptos y conspiradores quienes han cometido muchos errores. [7]
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no adopta ninguna postura en cuanto a qué versículos de la Biblia son correctos y cuáles no lo son. Desde el punto de vista de la fe, usamos la Biblia como guía espiritual y no tratamos de desacreditarla. La crítica textual es el reino de lo académico. La Iglesia es una institución de fe y de revelación, no de lo académico.
Desde el punto de vista académico, las diferencias en varios manuscritos bíblicos están bien documentadas. Algunas variantes conocidas incluyen:
(Se pueden encontrar otras variantes de lectura en el artículo de Wikipedia sobre la crítica textual).
Preguntémonos si Dios continúa revelando su voluntad y palabra a los hombres, ya sea a los individuos oa los profetas a través del Espíritu Santo, ¿qué preferirían? ¿El conocimiento de los eruditos que no pueden garantizar la verdad, o el testimonio de Dios? Y, ¿cuál es más razonable? ¿El hecho de que Dios permitió que Su Palabra fuera corrompida, y luego pretendía revelar la verdad de Su Palabra, durante varios cientos de años de crítica textual en un esfuerzo por identificar la verdad original? Sin embargo, la crítica textual sigue siendo una disciplina que a menudo es controvertida y poco confiable en su capacidad para determinar un texto original. La alternativa es que fue la intención de Dios que estudiáramos las Escrituras e iremos a Él para obtener un testimonio de la verdad a través de Su Espíritu. Aunque la Iglesia SUD nunca ha negado la importancia de las herramientas de texto crítico y los estudios de lenguaje para entender correctamente el texto, también afirman firmemente que sólo la revelación de Dios puede darnos confianza en Su Palabra y en cualquier interpretación de ella.
Consideremos esta pregunta relevante. Durante mucho tiempo se ha reconocido que el Antiguo Testamento griego (frecuentemente citado en los Evangelios) es en muchos lugares muy diferente del texto tradicional o masorético. Debido a que era una traducción, se creyó durante mucho tiempo que estas diferencias se debían, al menos en parte, al proceso de traducción. Antes del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, sin embargo, los manuscritos más antiguos del Antiguo Testamento eran todos griegos (el LXX). [10] Éstos incluyeron el Codex Sinaiticus, el Codex Alexandrinus, y el Codex Vaticanus. Una de las diferencias más obvias en el texto se encuentra dentro del Libro de Jeremías, donde el LXX conserva un texto que es aproximadamente veinte por ciento más corto que el Jeremías encontrado en el texto tradicional y las Biblias modernas. Sin embargo, en Qumran, entre los Rollos del Mar Muerto, la copia más antigua de Jeremías que se sabe que existe (4QJer b) es una copia hebrea de la forma más corta. [11] So, the question now arises, which version is more authentic? Both have claim to great antiquity, both are very well attested to in ancient times, and both cannot be original. So scholarship cannot yet determine the truth. Likewise, at the time of Joseph Smith, scholars were reasonably convinced of the originality of the Johanine Comma, and actively defended it. [12] Yet today, no serious scholar would ever propose that the text is original. Unless we are assuming that the science of textual criticism has been perfected, and that there will be no more discoveries that change the world of biblical studies, we can only conclude that scholarship is insufficient to produce the inspired autographs of the Bible. We can only turn to God. Yet, it is precisely this type of revelation that is denied by the Chicago Statement on Biblical Inerrancy.
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