El Mormonismo y la Santa Biblia/Una visión general

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El Mormonismo y la Santa Biblia: Una visión general de la Santa Biblia

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Pregunta: ¿Consideran los Mormones que la Santa Biblia es la Palabra de Dios?

Los Santos de los Últimos Días consideran que la Biblia es una escritura sagrada

¿Qué significa la Biblia para los Santos de los Últimos Días? ¿Consideran ellos que la Biblia es la Palabra de Dios?

Los Santos de los Últimos Días consideran que la Biblia es una escritura sagrada. El octavo Artículo de Fe declara:

"Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente; también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios".

La condición de que los mormones creen que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente parece sacudir la confianza de algunas personas en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como una iglesia que cree en la Biblia. No existe ninguna razón para que se piense de esta manera. Casi nadie se opone al hecho de que cuando los hombres traducen palabras de un idioma a otro, estos pueden errar fácilmente y, a menudo, lo han hecho así. Simplemente al comparar diferentes versiones de la Biblia en inglés, se demuestra, de manera concluyente, que algunas personas entienden el hebreo antiguo, el arameo y el griego (la lengua de partida del Antiguo y Nuevo Testamento) de manera muy diferente en algunos casos.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días venera la Biblia y la utiliza ampliamente en la enseñanza y la práctica

Pero que nadie lo dude: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días venera la Biblia y la utiliza ampliamente en la enseñanza y la práctica. El Elder James E. Talmage, miembro del Quórum de los Doce, dijo lo siguiente de la Biblia en su clásico libro sobre los Artículos de Fe:

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta la Biblia como el principal de sus libros canónicos, el primero entre los libros que han sido proclamados como sus normas en cuanto a fe y doctrina. En el respeto y santidad con que estiman la Biblia, los Santos de los Últimos Días profesan los mismo que las denominaciones cristianas en general, pero se distinguen de ellas en que también admiten como auténticas y santas otras Escrituras que concuerdan con la Biblia y sirven para apoyar y hacer resaltar sus hechos y doctrinas.

Los Santos de los Últimos Días Los aceptan los antecedentes históricos y demás sobre los cuales la fe cristiana de hoy se basa, en lo que respecta a la autenticidad de los anales bíblicos, tan incondicionalmente como los miembros de cualquier otra secta; y en cuanto a literalidad de interpretación, esta Iglesia probablemente sobresale.

No obstante, tratándose de una traducción errónea, cosa que puede suceder como resultado de la incapacidad humana, la Iglesia anuncia una excepción; y ni aun en esta medida de precaución somos los únicos, porque los que están versados en materias bíblicas generalmente admiten la presencia de errores, tanto en la traducción como en la transcripción del texto. Los Santos de los Últimos Días creen los escritos originales son la palabra de Dios al hombre, y consideran igualmente auténticas las traducciones de dichos escritos hasta donde se han traducido correctamente. La Biblia declara ser una traducción efectuada mediante la sabiduría del hombre; se ha buscado a los más doctos para su preparación, y sin embargo, no se ha publicado una sola versión en la que se admita no haber errores. Con todo, el investigador imparcial tiene más motivo para maravillarse de la escasez de errores que de su existencia.

No habrá, no puede haber, una traducción absolutamente fidedigna de estas u otras Escrituras, a menos que se haga por medio del don de traducción, como una de las dádivas del Espíritu Santo. El traductor debe tener el espíritu del profeta, si desea expresar en otro idioma las palabras del profeta; y la sabiduría humana, de sí, no conduce a esta posesión. Léase pues la Biblia reverentemente y con cuidado y oración, buscando el lector la luz del Espíritu siempre para que poder distinguir entre la verdad y los errores de los hombres. [1]

Enlaces

  • La Santa Biblia - Versión Reina Valera de la Santa Biblia, con notas al pie y referencias cruzadas en línea


Pregunta: ¿Por qué los Santos de los Últimos Días (de habla inglesa) utilizan la versión del Rey Santiago (King James) de la Biblia?

No hay nada en la política de la Iglesia o en la enseñanza oficial de la Iglesia que prohíba a los Santos de los Últimos Días leer otras traducciones de la Biblia en su estudio personal

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días utiliza la versión autorizada (Rey Santiago) como su Biblia oficial. Algunas de las razones incluyen:

  • Continuidad histórica con la restauración, ya que la la versión del Rey Santiago fue utilizada por la primera generación de profetas y miembros de la iglesia.
  • El Libro de Mormón se basó en el texto de la versión del Rey Santiago. Los paralelos y las alusiones a conceptos bíblicos son tanto más fáciles de reconocer en esa versión que una traducción más moderna.
  • Los líderes de la iglesia sienten los beneficios de la estandarización, por ejemplo, así se evitan disputas inútiles sobre qué miembro tiene la Biblia “mejor” traducida.
  • Desde el punto de vista teológico, la Iglesia no está de acuerdo con algunas tendencias modernas presentes en algunas traducciones bíblicas (por ejemplo, la eliminación de las referencias a los oficios del sacerdocio rechazados por algunas denominaciones, el lenguaje sin género explícito cuando se refieren a Dios, etc.).

Sin embargo, no hay nada en la política de la Iglesia o en la enseñanza oficial de la Iglesia que prohíba a los Santos de los Últimos Días leer otras traducciones de la Biblia en su estudio personal. A decir verdad, muchos lo hacen.

Las traducciones siempre muestran claras preferencias teológicas en el proceso traductor

Los críticos McKeever y Johnson escriben sobre la posición de los Santos de los Últimos Días:

Dudo que muchas de las traducciones modernas hayan sido producidas por personas sin principios que querían mantener oculta la verdad de Dios. En realidad, es todo lo contrario. La motivación detrás de una nueva traducción es, en la mayoría de los casos, dar una idea más clara de lo que Dios quiere revelar a su pueblo. Concedido. Algunas traducciones están más cerca de cumplir esta meta que otras.[2]

Esto es, desde luego, solo parcialmente correcto. Consideremos, por ejemplo, la versión popular de la Nueva Traducción Viviente. En su introducción se lee lo siguiente:

Los traductores han hecho un esfuerzo consciente para proporcionar un texto que el lector promedio de inglés moderno pueda comprender fácilmente. Con este fin, hemos empleado el vocabulario y las estructuras de la lengua utilizados por la persona promedio. El resultado es una traducción de las Escrituras adaptada al nivel de lectura de un estudiante de secundaria.[3]

Un poco antes, ellos admiten que existe un sesgo en la traducción. Esta traducción fue elaborada por "noventa estudiosos evangélicos... comisionados en 1989 para comenzar la revisión de la Biblia Viviente".[4] Esto está bien si usted es evangélico pero, si no es así, entonces la traducción muestra claras preferencias teológicas en el proceso traductor. La versión del Rey Santiago, la Nueva Versión Internacional, y todas las demás traducciones generalmente vienen cargadas de una perspectiva teológica en la traducción del texto. Algunos reciben muchas más críticas que otros (como, por ejemplo, la Traducción del Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová). La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha elegido la versión del Rey Santiago como su Biblia oficial. Los motivos de esta elección sirven un doble propósito. En primer lugar, se trata de una traducción muy respetada y de fácil acceso (aunque sea un poco antigua). En segundo lugar, esta era la única traducción de la Biblia al inglés disponible para los primeros líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, de modo que todas sus citas bíblicas han sido tomadas de ella.


Pregunta: ¿Implica el octavo Artículo de Fe, que habla sobre creer en la Biblia "hasta donde esté traducida correctamente", que los traductores de la Biblia están tratando de ocultar la verdad de Dios?

Los Santos de los Últimos Días creen que es solo por el Espíritu de Dios que podemos tomar estas determinaciones

Algunos que son críticos de la Iglesia intentan demostrar que al utilizar el término “traducción” en el octavo Artículo de Fe, en realidad nos referimos a la “transmisión”. Ellos escriben:

Algunos mormones han reconocido que el término "traducida", tal como se utiliza en los Artículos de Fe, no es del todo correcta. Los mormones bien informados, quienes han estudiado los métodos de traducción de idiomas, admiten que es la transmisión (y no la traducción) de textos bíblicos lo que les preocupa.[5]

Como dijo un estudiante Santo de los Últimos Días de las Escrituras:

Hablando como un “mormón bien informado que ha estudiado los métodos de traducción de idiomas”, no estoy de acuerdo con esa afirmación. Los Artículos de Fe fueron escritos por el profeta José Smith, quien no estaba interesado en la transmisión en absoluto, sino más bien en la traducción. Él estudió hebreo y griego en un intento por acercarse a la lengua original de la Biblia. Cuando hacemos esto, nos damos cuenta de algunos problemas alarmantes presentes en la traducción del Nuevo Testamento.

Tomemos, por ejemplo, un pasaje de Pablo que se utiliza para apoyar la enseñanza doctrinal del celibato en la iglesia (1 Corintios 7). Uno de los problemas fundamentales con las diversas interpretaciones de este capítulo gira en torno a la introducción del tema en los dos primeros versículos. Las siguientes son dos traducciones distintas del texto, tal como se las encuentra en traducciones populares de la Biblia. La versión del Rey Santiago, y aquellas biblias que siguen una lectura tradicional, utilizan la primera línea de texto como introducción , y luego añaden la declaración de Pablo que plantea el tema de la discusión:

En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer. Sin embargo, a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.[6]

En otras palabras, como respuesta a las cosas que los Corintios le habían escrito a Pablo, él respondió: "Bueno le sería al hombre...". Por lo tanto, se pone el concepto de que un hombre no debe tocar a una mujer, en la boca de Pablo. Otras traducciones desplazan la primera línea del texto hacia la introducción, como si fueran las palabras de los Corintios a Pablo, como se aprecia en el siguiente texto:

Paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales». Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo.[7]

En otras palabras, los Corintios le preguntaron a Pablo si era bueno para un hombre no tocar mujer. Pablo responde negativamente. Se trata de dos interpretaciones completamente diferentes y ambas son traducciones absolutamente correctas desde el punto de vista sintáctico del mismo pasaje en griego. Sin embargo, existe un profundo cambio en el mensaje que Pablo da en este pasaje de su epístola. ¿Es esto un problema de traducción o de transmisión? McKeever y Johnson manifestaron tiempo atrás que: "La traducción significa tomar las palabras de un idioma y ponerlas en las palabras de otro". [8] Esta es una simplificación exagerada que no le hace justicia al tema. Por lo menos, debía existir cierta preocupación en cuanto a la a la idea de que la traducción también significa preservar, en la mayor medida posible, la intención del autor.

En casos como el del ejemplo anterior, donde el texto original (que podría haber brindado más información) no está disponible, la traducción dependerá en gran medida de la predisposición del traductor hacia cierta doctrina. En este caso, es la doctrina la que determina la traducción . Si esto fuera un incidente aislado, no sería un factor tan importante. Sin embargo, llega a ser importante cuando nos damos cuenta de que muchas de estas dificultades se encuentran en las doctrinas básicas de la Iglesia. Raymond Brown, un reconocido teólogo católico, solo encuentra tres versículos en todo el Nuevo Testamento donde a Jesús claramente se le llama Dios. El resto de versículos son cuestionables, ya sea por motivos sintácticos o debido a la evidencia de los manuscritos que presenta importantes desafíos en cuanto a su originalidad.[9] Luego añade que, de estos tres, ninguno muestra una predisposición hacia la doctrina de la trinidad.[10] Esto no quiere decir que yo (o Brown) pongamos en duda la divinidad de Jesucristo. Es solo el hecho de que la traducción y la interpretación desempeñan un papel mucho más importante que el sugerido por McKeever y Johnson. Como lo describe Brown: "Una adhesión firme a los desarrollos teológicos y ontológicos posteriores que llevaron a la confesión de que Jesucristo era el ‘verdadero Dios’ no debe causar que los creyentes sobrevaloren o infravaloren las confesiones menos desarrolladas sobre el NT".[11] </blockquote>

¿Es importante la traducción? Está claro que lo es. Los Santos de los Últimos Días creen que es solo por el Espíritu de Dios que podemos tomar estas determinaciones. A menudo, los académicos no pueden ayudarnos a responder las preguntas sobre el efecto de la doctrina en la traducción, particularmente en documentos antiguos cuya fuente no está disponible.

Los retos de la crítica textual—un ejemplo

Recientemente, se publicó un estudio titulado "Asyndeton in Paul: A Text-critical and Statistical Inquiry into Pauline Style" (Asíndeton en los escritos de Pablo: Una investigación crítica y estadística sobre el estilo de Pablo). Los autores del estudio trabajaron con un antiguo recurso retórico llamado asíndeton, la práctica de omitir las conjunciones (como la palabra “y”) en el texto para añadirle impacto. Por lo general, esta técnica se utiliza en la oratoria y es una indicación de que las obras de Pablo estaban destinadas a leerse en voz alta.[12] Los autores del estudio trabajaron con un antiguo recurso retórico llamado asíndeton, la práctica de omitir las conjunciones (como la palabra “y”) en el texto para añadirle impacto. Por lo general, esta técnica se utiliza en la oratoria y es una indicación de que las obras de Pablo estaban destinadas a leerse en voz alta. Los autores descubrieron más de 600 casos de asíndeton en ambas epístolas a los Corintios y en la epístola a los Romanos. Luego, rastrearon estos asíndeton en el historial disponible del manuscrito e identificaron cuántos de estos se habían perdido cuando los copistas y escribas modificaron el texto por error porque no reconocían el recurso retórico.

Los resultados fueron fascinantes. En primer lugar, se hizo evidente que mientras más antiguo fuese el manuscrito, se encontrarían menos cambios. Aún más interesante fue lo que descubrieron dentro de las ediciones críticas disponibles para los traductores. Una edición crítica es un texto que comprende una combinación de variantes de lectura que se utilizan para crear el texto base a partir de la cual se efectuó la traducción. Estos textos incluyen el texto de Nestle-Aland, el texto de las Sociedades Bíblicas Unidas y el Textus Receptus preparado por Erasmo, a partir del cual se tradujo la versión del Rey Santiago. Lo que descubrieron fue que incluso los primeros manuscritos habían sido modificados en más de treinta por ciento de los casos, mientras que los últimos textos habían perdido entre cincuenta y cincuenta y cinco por ciento del significado original. El Textus Receptus, como texto tradicional, había perdido casi el setenta por ciento de casos de asíndeton. La mejor edición crítica, la que utilizaban las Sociedades Bíblicas Unidas, era incluso pero que el peor de los manuscritos más antiguos. Los autores del estudio dejaron que el lector sacara sus propias conclusiones.

Lo que esto significa es que la crítica textual de la Biblia todavía se encuentra en su infancia. A pesar de que nos acerca a los textos originales, no existen garantías ni forma de saber cuánto queda por recorrer. Hasta entonces, nos encontramos en la misma situación con respecto a un texto original como en la que McKeever y Johnson afirmaron que se encontraban los mormones:

Sin embargo, se trata de un argumento del silencio, ya que los mismos detractores no pueden producir ningún manuscrito que no esté contaminado, a partir del cual medir se puedan los manuscritos "contaminados”.[13]

Si esto es cierto, entonces también sería un argumento del silencio hablar como si tuviéramos una buena réplica de los manuscritos originales que, consecuentemente, no existen. Si esto no es un argumento del silencio, entonces ¿de qué fuente hablan McKeever y Johnson, si no por pura conjetura?


Traducido por Elena Blanch .

Pregunta: ¿Consideran los Santos de los Últimos Días que la Biblia es confiable?

Al juzgar el punto de vista de los primeros líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a través los estándares actuales, este parece ser bastante normal para algunos y un tanto liberal para muchos

Se afirma que los líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días disminuyen la importancia de la Biblia al no considerarla confiable.

¿Los Santos de los Últimos Días le restan valor a la Biblia o la critican? La respuesta es: no lo hacen más que la mayoría de los estudiosos de la Biblia.

Al juzgar el punto de vista de los primeros líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a través los estándares actuales, este parece ser bastante normal para algunos y un tanto liberal para muchos. Sin embargo, solo aquellos que también desprecian la crítica textual moderna de la Biblia consideran estas opiniones radicales y diabólicas. Las creencias de los Santos de los Últimos Días concuerdan bastante bien con las declaraciones de otros cristianos. Esta denigración de las creencias de los Santos de los Últimos Días no es más que un rechazo ante la posición cristiano-ortodoxa de los estudiosos bíblicos sobre la infalibilidad de la Biblia. La creencia de que la Biblia es verdadera, ya que fue inspirada por Dios y fue escrita por profetas, apóstoles y discípulos de Jesucristo, es una creencia reconocida de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

En 1979, la Iglesia publicó su propia versión de la Biblia Rey Santiago e incluyó una serie de notas al pie y referencias cruzadas, así como notas del traductor y ayudas para el estudio

En 1979, la Iglesia publicó su propia versión de la Biblia Rey Santiago e incluyó una serie de notas al pie y referencias cruzadas, así como notas del traductor y ayudas para el estudio. Antes de esta publicación, la Iglesia adquirió la mayoría de sus Biblias Rey Santiago de la editorial Cambridge University Press. ¿Suena esto como una organización que utiliza la Biblia únicamente como un truco de relaciones públicas? Si así fuera, entonces millones de miembros nunca lo supieron. La Iglesia y sus miembros tienen un profundo amor y aprecio por la Palabra de Dios, tal como se encuentra en la Biblia.

Esta audaz afirmación es divertida. No se ha realizado ninguna presentación de estadísticas, sino únicamente la idea anecdótica de que, en primer lugar, los Santos de los Últimos Días no leen la Biblia y no están familiarizados con ella y, en segundo lugar, que oímos constantemente a nuestros líderes decir que la Biblia no es confiable.

En una encuesta publicada en julio de 2001, Barna Research Group, Ltd. (BRG) realizó las siguientes observaciones:

El estudio también reveló que casi la mitad de todos los adultos protestantes (54%) leen la Biblia durante una semana típica. Barna señaló que los mormones son más propensos a leer la Biblia durante la semana que los protestantes, a pesar de que la mayoría de los mormones no creen que la Biblia sea la Palabra autorizada de Dios. [14]

BRG no está afiliada a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ni tampoco la iglesia se involucró en la encuesta. De igual manera, los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no categorizarían su fe de esta manera. En efecto, ellos consideran que la Biblia es la Palabra autorizada de Dios. Además, la encuesta indicó que ellos ciertamente leen la Biblia de manera regular. Asimismo, cada dos años, en un periodo de 4 años, a todos los miembros de la iglesia se les pide leer y estudiar la Biblia como parte del currículo de la Escuela Dominical. ¿Quién les pide hacer esto? Los líderes de la iglesia.

Antiguos miembros de la iglesia estudiaron las lenguas registradas en la Biblia

Uno de los acontecimientos a menudo desconocidos de la historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ocurrió en 1836. José Smith consiguió que un académico hebreo enseñara hebreo a los miembros en Kirtland, Ohio. Los miembros de la iglesia ya se encontraban estudiando el idioma hebreo, pues habían comprado algunos libros de gramática, una biblia hebrea, un diccionario, y habían intentado para contratar a un profesor en ocasiones anteriores. El nombre del académico hebreo que contrataron era Joshua Seixas. Él pasó varias semanas instruyendo a muchos de los miembros de la Iglesia en el idioma hebreo. [15] Él pasó varias semanas instruyendo a muchos de los miembros de la Iglesia en el idioma hebreo. Tal vez podríamos preguntarnos ¿por qué el interés en el hebreo? Claramente, era para poder (en las palabras del Papa Pío XII) “explicar el texto original, el cual, después de haber sido escrito por el mismo autor inspirado, tiene más autoridad y mayor peso que incluso la mejor traducción existente, ya sea antigua o moderna”.

Lo que esto demuestra es que los primeros miembros de la iglesia no solo estaban conscientes de los retos asociados a la Biblia, sino que además estaban tan interesados en volver al idioma original y a los textos originales (de ser posible) como el resto de los cristianos que estaban tenían conocimiento de estas discrepancias. A pesar de que los críticos afirmaban lo contrario sin fundamento alguno, nunca ha habido un líder de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que haya sugerido que la Biblia no era adecuada para el estudio y para el aprendizaje del Evangelio debido a cualquier falla que pueda presentar.

Lo que dice el Libro de Mormón sobre la Biblia

A menudo, los críticos analizan dos de las declaraciones de Nefi con respecto a la Biblia, tal como se encuentran en el Libro de Mormón. La perspectiva de Nefi es la misma que la de los Santos de los Últimos Días de la actualidad: La Biblia contiene la verdad de Dios. Sin embargo, sigue siendo una obra de los hombres y es tan fiable como los hombres que la escribieron, tradujeron y copiaron.

Es interesante que el Libro de Mormón haya comenzado a ser visto como un testigo de la crítica textual a la Biblia. Una fuente de la Teoría Crítica del Antiguo Testamento divide la historia de David y Goliat en dos historias separadas que luego se fusionaron en la que conocemos hoy en día. [16] Los académicos creen que estas dos tradiciones representan una fuente anterior y una fuente posterior. Una de las evidencias primarias de este argumento es el hecho de que parte del material añadido no se encuentra en la Septuaginta (LXX). EEn un documento presentado en la Conferencia FAIR de 2001, Benjamin McGuire presentó pruebas de que Nefi, al tomar referencias de la historia de David y Goliat, se basó en un texto que no contenía el material añadido o posterior.[17] Esto concordaría con los estudios actuales del Antiguo Testamento, lo que indica que este material se añadió en el momento de la cautividad en Babilonia y, desde luego, después de que Nefi había salido de Jerusalén con sus planchas de bronce.


Notas

  1. James E. Talmage, Artículos de Fe, Capítulo 13, p.262 - p.263.
  2. McKeever and Johnson, Mormonism 101, 101.
  3. Holy Bible New Living Translation (Wheaton, Illinois: Tyndale House, 1996), xvii.
  4. Ibid., xv.
  5. McKeever and Johnson, Mormonism 101, 101.
  6. 1 Corinthians 7:1-2 (both the KJV and NIV).
  7. Ibid., REB and NRSV.
  8. McKeever and Johnson, Mormonism 101, 101.
  9. Raymond E. Brown, An Introduction to New Testament Christology (Mahwah, New Jersey: Paulist Press, 1994), 171-195.
  10. Ibid. See especially page 195, with footnote 20.
  11. Benjamin McGuire, responding to chapter 7 of McKeever and Johnson, Mormonism 101 (See "A FairMormon Analysis of Mormonism 101: Response to Chapter 7: The Bible)
  12. Eberhard W. Güting and David L. Mealand, "Asyndeton in Paul: A Text-critical and Statistical Inquiry into Pauline Style," Studies in the Bible and Early Christianity, No. 39 (Mellen, 1998), xiv, 203.
  13. McKeever and Johnson, Mormonism 101, 101.
  14. The full survey, entitled "Protestants, Catholics and Mormons Reflect Diverse Levels of Religious Activity," can be found at the Barna Web site at www.barna.org.
  15. Perhaps as many as 120 members of the LDS Church studied under Seixas while he was in Kirtland.
  16. See, for example, Emmanuel Tov, "The Composition of 1 Samuel 16-18 in the Light of the Septuagint Version," in Jeffrey H. Tigay, Empirical Models for Biblical Criticism (Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1985), 97-130.
  17. Benjamin McGuire, "Nephi and Goliath: A Reappraisal of the Use of the Old Testament in First Nephi" FAIR link (text), or video.