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− | Como SUD | + | Como recordó antropólogo SUD John Sorensen, quien trabajó con Ferguson: |
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− | [Stan] Larson implica que Ferguson fue uno de los "eruditos e intelectuales de la Iglesia" y que "su estudio" se | + | [Stan] Larson implica que Ferguson fue uno de los "eruditos e intelectuales de la Iglesia" y que "su estudio" se llevaba a cabo en línea de erudición fiable en el "campo de la arqueología". Aquellos de nosotros con la experiencia personal con Ferguson y su pensamiento sabíamos diferente. Él obtuvo una licenciatura en derecho de pregrado, pero nunca estudió la arqueología o disciplinas relacionadas a un nivel profesional, a pesar de que era autodidacta en parte de la literatura de la arqueología americana. Sostenía una visión poco realista de "prueba", tal vez relacionada con su práctica de ley donde uno tenía que "probar" su caso o se perdería la decisión; compare el enfoque que él utilizó en su simplista libro legalista ''Un Rebaño y un Pastor ''. Sus asociados con la formación científica y por lo tanto más sofisticación en las trampas que involucran asuntos intelectuales nunca lo podrían alejar de su visión limitada de la "investigación". (Por ejemplo, en abril de 1953, cuando él y yo hicimos el primer reconocimiento arqueológico del centro de Chiapas, que definía el trabajo de la Fundación para los próximos veinte años, su preocupación era preguntar a las personas locales si habían encontrado figuritas de "caballos", en lugar de documentar las veintenas de sitios que descubrimos y registramos por primera vez). Su papel en la "erudición Mormón" fue en gran medida el de entusiasta y publicista, por lo que podemos estar agradecidos, pero no era ni erudito ni analista. |
− | Ferguson no era un experto en arqueología | + | Ferguson no era un experto ni en la arqueología ni el Libro de Mormón (y mucho menos en el Libro de Abraham, del que su conocimiento era superficial). No era uno cuyo "estudio" cuidadoso lo llevó a ver una mayor luz, luz que lo liberaría del dogma Santos de los Últimos Días, como lo representa Larson. En lugar de eso, solo era un laico, inicialmente entusiasta y esperanzado pero al final atrapado por sus expectativas injustificadas, lógica defectuosa, información limitada, su quizá orgullo ofendido, y la falta de fe en la investigación tediosa que la erudición real requiere. Los argumentos negativos que usó en contra de las escrituras Santos de los Últimos Días en sus últimos años muestran todas estas debilidades. |
− | Larson, al igual que otros que ahora | + | Larson, al igual que otros que ahora enseñan el ejemplo de Ferguson ante nosotros como un caso de emancipación del ignorante pensamiento Mormón, nunca se enfrenta con la pregunta de cuál Tom Ferguson era el verdadero. ¿Debemos respetar al joven ambicioso cuyos esfuerzos fieles proporcionaron un programa importante de investigación valiosa, o debemos admirar al cínico de doble cara de años posteriores, amargado porque nunca sacó la lotería, en lo que el parece haber considerado, el tragaperras de la investigación arqueológica? Yo personalmente prefiero recordar a mi amigo de ojos brillantes, creyente, y no la figura envejeciente que Larson recomienda como alguien más sabio. <ref>John L. Sorenson, "Addendum," to {{FR-4-1-15}}</ref> |
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Revisión actual del 11:36 4 jun 2018
Pregunta: Fue Thomas Stuart Ferguson un arqueólogo?
Ferguson nunca estudió la arqueología a un nivel profesional - él se había educado en ese ámbito de estudio
Como recordó antropólogo SUD John Sorensen, quien trabajó con Ferguson:
[Stan] Larson implica que Ferguson fue uno de los "eruditos e intelectuales de la Iglesia" y que "su estudio" se llevaba a cabo en línea de erudición fiable en el "campo de la arqueología". Aquellos de nosotros con la experiencia personal con Ferguson y su pensamiento sabíamos diferente. Él obtuvo una licenciatura en derecho de pregrado, pero nunca estudió la arqueología o disciplinas relacionadas a un nivel profesional, a pesar de que era autodidacta en parte de la literatura de la arqueología americana. Sostenía una visión poco realista de "prueba", tal vez relacionada con su práctica de ley donde uno tenía que "probar" su caso o se perdería la decisión; compare el enfoque que él utilizó en su simplista libro legalista Un Rebaño y un Pastor . Sus asociados con la formación científica y por lo tanto más sofisticación en las trampas que involucran asuntos intelectuales nunca lo podrían alejar de su visión limitada de la "investigación". (Por ejemplo, en abril de 1953, cuando él y yo hicimos el primer reconocimiento arqueológico del centro de Chiapas, que definía el trabajo de la Fundación para los próximos veinte años, su preocupación era preguntar a las personas locales si habían encontrado figuritas de "caballos", en lugar de documentar las veintenas de sitios que descubrimos y registramos por primera vez). Su papel en la "erudición Mormón" fue en gran medida el de entusiasta y publicista, por lo que podemos estar agradecidos, pero no era ni erudito ni analista.
Ferguson no era un experto ni en la arqueología ni el Libro de Mormón (y mucho menos en el Libro de Abraham, del que su conocimiento era superficial). No era uno cuyo "estudio" cuidadoso lo llevó a ver una mayor luz, luz que lo liberaría del dogma Santos de los Últimos Días, como lo representa Larson. En lugar de eso, solo era un laico, inicialmente entusiasta y esperanzado pero al final atrapado por sus expectativas injustificadas, lógica defectuosa, información limitada, su quizá orgullo ofendido, y la falta de fe en la investigación tediosa que la erudición real requiere. Los argumentos negativos que usó en contra de las escrituras Santos de los Últimos Días en sus últimos años muestran todas estas debilidades.
Larson, al igual que otros que ahora enseñan el ejemplo de Ferguson ante nosotros como un caso de emancipación del ignorante pensamiento Mormón, nunca se enfrenta con la pregunta de cuál Tom Ferguson era el verdadero. ¿Debemos respetar al joven ambicioso cuyos esfuerzos fieles proporcionaron un programa importante de investigación valiosa, o debemos admirar al cínico de doble cara de años posteriores, amargado porque nunca sacó la lotería, en lo que el parece haber considerado, el tragaperras de la investigación arqueológica? Yo personalmente prefiero recordar a mi amigo de ojos brillantes, creyente, y no la figura envejeciente que Larson recomienda como alguien más sabio. [1]
Notas
- ↑ John L. Sorenson, "Addendum," to John Gee, "A Tragedy of Errors (Review of By His Own Hand Upon Papyrus: A New Look at the Joseph Smith Papyri by Charles M. Larson," FARMS Review of Books 4/1 (1992): 93–119. off-site (Inglés)